La feria sigue. No hay grandes libros, no hay gran movimiento, hay atonía, ‘there’s a recession, my friend’, los pasillos son más anchos para que no se note tanto, en la planta hispano-italo-lusa hay nuevos inquilinos como Albania y Arzerbaiyán, ahora los tratos ya no se hacen aquí, esto del libro electrónico ya veremos, es una moda de los periodistas, esto del libro electrónico en dos o tres años hará que se transforme totalmente el panorama, lo peor es que puede debilitar muchísimo la red de librerías, en cuanto llegue el Kindle todo se revolucionará, Google será quien realmente lo cambiará todo… Comentarios de unos y de otros.
Aun así, alguna operación curiosa hay, algún fenómeno (decenas de libros sobre los Rolling, a punto de cumplir 50 años, la búsqueda del thriller escandinavo que ocupe el vacío de Larsson…). La foto de hoy: el catálogo de invierno de Suhrkamp e Insel. ¿Les suena la foto de la portada?
Pero me quedo hoy con dos señales de por dónde van los tiempos, una escena bonita y un tema delicado.
1. El anuncio por parte de una agencia literaria de que representará en el mercado la nueva línea de libros de los Angry Bird, los pajaritos cabreados que triunfan en los smartphones. Para empezar ‘Bad Piggies’ Egg Recipes’, un libro de actividades culinarias.
2. Los anuncios a toda página en los diarios de la feria (sí, la de los editores y los agentes literarios) puestos por Amazon, en que ofrece a los autores publicar directamente su libro en Kindle pasando de editores y de agentes. ¡Kindle Direct Publishing! “!Es rápido, fácil y gratis!” “!Puedes ganar el 70% de royalties!” (hay asterisco, ‘sujeto a ciertos términos y condiciones’, claro). “Usted puede fijar el precio del libro” “Publíquelo una vez, véndalo globalmente (EEUU, Alemania, Reino Unido) y en muchos idiomas (inglés, francés, alemán, español, portugués, italiano)”. Ojo, que algunos autores independientes ya pasado del millón de libros vendidos, eso sí, a 0,99 céntimos de dólar.
3. La escena bonita. La feria monto ayer una fotografía para honrar al agente literario danés Ibi Hedeman Lantzen, que cumple 50 años en la feria y fue quien logró que les pusieran mesa y espacio a los agentes, en 1979, tras años de rechazo por parte de la dirección. Eligieron hacerlo en el nuevo centro donde se ponen en contacto a productores cinematográficos o de videojuegos con representantes de autores literarios. Y como acompañante, a un representante de la nueva generación de agentes que ya trabaja en esta clave. Lo viejo y lo nuevo, dándose la mano. La persona elegida por el director de la feria Jürgen Boos fue la agente Anna Soler-Pont, la comisaria de Fráncfort 2007 a pesar de Josep Bargalló.
Por cierto, en el stand del Llull aún reparten los caramelos del 2007. Miro la fecha de caducidad. Diciembre del 2010. Solo están un poco desteñidos, no pasa nada, se pueden comer. Interpretación metafórica del asunto, otro día.
3. El tema delicado, del que ayer informamos en la web y hoy en papel. El fichaje para editar en bolsillo y digital de Paul Auster por Seix-Barral, mientras Anagrama mantiene el formato ‘trade’ (la tapa dura, o más propiamente el formato con el que se lanza inicialmente el libro como novedad antes de pasarlo a un formato más económico, sea cual sea la rigidez de las cubiertas).
Tema de conversación durante todo el día. Los comentarios, dependiendo del grado de simpatía de cada uno por las partes en liza. Para unos, pesa más las posibilidades de Planeta de distribuir más y más barato en América Latina, ya que Anagrama nunca ha querido crear filiales más o menos autónomas allí.
Para otros, estos argumentos solo son una excusa para justificar una operación basada en una cantidad de dinero de siete cifras en dólares y determinadas necesidades familiares del autor.
Aún hay quien lamenta que una relación autor-editor a la antigua usanza pueda romperse así, quien recuerda que el negocio es el negocio, quien recela de la agresividad en la captación de nuevos autores de Seix o quien augura que el lento proceso de retirada de Herralde, fijado a cinco años vista, genera una incertidumbre que hará que en el futuro pueda irse produciendo un goteo de abandonos en su catálogo. De momento, eso sí, el año que viene vuelven con su editor los nuevos Amis y Barnes.
